Sacha Baron Cohen, el peculiar protagonista de "Ali G anda suelto", interpreta a Borat, un reportero de Kazajistán. Por orden de su gobierno, el periodista va a Estados Unidos para rodar un documental pedagógico, que debe recoger las mejores enseñanzas de los USA para que su país las aproveche. Pero el trabajo no será tan fácil como parece.
Vi esta película con gran expectativa, pensé que será muy divertida, pero en realidad no lo es, es más bien grotesca, hasta repulsiva, un personaje que notoriamente quiere provocar a la gente de su entorno realizando conductas que salen de lo normal y que supuestamente se ampara en los patrones culturales de otra sociedad, la más desconocida para los norteamericanos, en realidad pudo ser cualquier país, no solo Kazakstán, pues la idea del guionista fue quebrar las reglas culturales de los norteamericanos, pero termina creando clichés para determinados grupos sociales, puntuación uno.
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