Tras la muerte de su padre, Sam (Chris Pine), un veinteañero, debe enviar 150.000 dólares a Frankie (Elizabeth Banks), una hermana alcohólica de la que no sabía nada, y a su hijo, un problemático niño de doce años incapaz de controlar su temperamento.
Una película interesante donde se muestra lo que ocurre cuando los hijos desconocen los problemas que pudo haber tenido el padre y que no saben que tienen otra hermana u otra familia, solo con la muerte de este el hijo llega a descubrir a la otra familia y llega a conocerla al extremo de ayudarla y tomarles cariño, por momento algo aburrida la película pero con un mensaje alentador, puntuación siete.
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