Tras la muerte de un Papa, obispos, arzobispos y cardenales de todo el mundo se reúnen en Cónclave para elegir a su sucesor. Después de varias votaciones infructuosas, que se anuncian con la salida de una humareda negra, se ve, por fin, la "fumata bianca" que indica que "habemus papam". Los fieles que se han congregado en la Plaza de San Pedro esperan con entusiasmo y fervor que el nuevo pontífice, siguiendo la tradición, se asome a una de las ventanas que dan a la plaza. Sin embargo, esperan en vano. Por alguna razón, el nuevo Papa no parece estar en condiciones de soportar el peso de tal responsabilidad. Mientras la inquietud se apodera del mundo católico, en el Vaticano, se busca desesperadamente una solución para superar la crisis.
Junto el 28 de febrero se hizo efectiva la renuncia del papa real, así que cualquier parecido es pura coincidencia, aunque claro hay varias exsageraciones en la película que supongo no se darían el la realidad, por ejemplo que un psicoanalista convenza a toda la curia romana para jugar un campeonato de voley en el interior del vaticano, o que el papa elegido prefiera ser actor de teatro a ser papa, o que al final de la película slaga al balcón para decir que a pesar de su designación y de haber aceptado él no se encuentra preparado para el cargo, es una película interesante a pesar de esos detalles, muestra como transcurre la designación de un nuevo papa pero no los entretelones que existen tras dicha designación, puntuación siete.
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