domingo, 15 de abril de 2012

La chica del dragón tatuado (2011)



Mikael Blomkvist (Craig) es un periodista e investigador cuyo prestigio ha caído por los suelos luego de que su último artículo ha traído problemas a la editorial donde labora. Es entonces que un patriarca adinerado, de la poderosa familia Vanger, lo contrata para descubrir que esconde la misteriosa desaparición de su sobrina, la cual sucedió 40 años atrás y que sigue atormentándolo en el presente. Paralelamente, conocemos a Lisbeth Salander, una chica extravagante y antisocial de 23 años con perforaciones y tatuajes, que es una hábil hacker. En algún punto, este par de contrastantes personajes trabajaran juntos en la investigación para descubrir crímenes y secretos mucho más oscuros, que pondrán sus vidas en peligro.

Antes de empezar con mi opinión sobre la última película de David Fincher, debo decir que no he leído la novela sueca de Stieg Larsson y tampoco he visto la primera adaptación que se hiciera en el 2009, con Roomi Rapace como la dura Lisbeth Salander. Así que mi enfoque es el de un cinéfilo núbil en el mundo de la saga Millenium.

El inicio de la película es envolvente. No sólo porque de inmediato estamos inmersos en la trama, sino que me refiero a la secuencia de créditos, la cual es realmente alucinante, bellamente extraña y que se complementa de maravilla con la canción "Immigrant Song" de Led Zeppelin, la cual aquí suena en la voz de Karen O y con arreglos de Trent Reznor, quien dicho sea de paso, hace una vez más un maravilloso y oscuro score en compañía de Atticus Ross.

Daniel Craig tiene una actuación bastante impecable, con un personaje que necesita su cara de piedra pero que realmente es vulnerable. Pero sin duda la actuación que da redondez a la trama y al personaje primordial de la historia es Rooney Mara, su Lisbeth Salander es uno de esos anti-héroes que quedan en la mente para siempre. Su apariencia frágil y enfermiza esconde a una persona fuerte, con un código moral y una actitud fuera de lo común, donde el resto de la sociedad no le importa.

Aunque la historia presenta la típica vuelta de tuerca, tan común en los Best-Sellers, el cómo se va desarrollando ésta y la ambientación que se logra en la película, es lo que la hace destacable. Fincher se toma su tiempo para ir preparando el terreno. Hay mucha información del caso que investiga el personaje de Craig al mismo tiempo que va moldeando ante nuestros ojos a Lisbeth Salander y así, cuando entra de lleno a investigar la desaparición de la chica, sabemos de lo que es capaz y hasta donde puede llegar para cumplir con su misión.

Es una muy interesante película, aunque mezclan varias historias, la de la chica, que no se resuelve, porque viste así, porque es tan buena investigadora, porque depende del Estado para mantenerse, la de su relación con el periodista, donde ella lo busca pero en la última escena él sale con su antigua novia y la chica sale raudamente con su moto, y el argumento central de la desaparición de la niña, lo único que termina por resolverse casi de forma forzada, pero aún así, con esas fallas resulta atractiva la película, puntuación ocho.

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