viernes, 13 de abril de 2012

Diario de un escándalo (2006)


Barbara (Judi Dench) es una despótica y solitaria profesora que gobierna su aula con mano de hierro en una ruinosa escuela pública de secundaria londinense. Vive sola, con su gata Portia, no tiene amigos, pero su vida experimenta un cambio radical cuando conoce a Sheba Hart (Blanchett), la nueva y atractiva profesora de arte de la escuela. Barbara ve en ella al alma gemela y a la leal amiga que siempre ha estado buscando. Pero, cuando descubre que Sheba mantiene una tórrida relación con uno de sus jóvenes alumnos (Andrew Simpson), la incipiente amistad da un ominoso giro, pues Barbara amenaza con contárselo todo al marido de Sheba (Bill Nighy) y al mundo entero.
Los diarios son guardianes silenciosos de secretos inconfesables, en un diario podemos encontar las miserias más ocultas del ser humano pero también sus sentimientos más puros. Para los demás hay secretos, pero para nuestro diario no, y eso es lo que importa. Qué más dá lo que aparentemos, lo que importa es que nuestra verdadera esencia está reflejada en unos trozos de papel, retratándo nuestras obsesiones a la perfección. La lectura por parte de otros de nuestro diario puede ser apasionante, no hay nada mejor que adentrarse en las penurias y reflexiones de otra persona, pero si además ese descubrimiento se hace de forma paulatina, contándonos en primera persona exactamente lo que quiere que sepamos y sin desvelarnos sin precipitarse sus secretos más intímos, sino desgranándonos a través de acontecimientos su verdadera naturaleza nos hallamos inmersos en un relato apasionante y del que no queremos salir, caso del diario que nos concierne.

A pesar de todos sus temas a tratar: amistad obsesiva, relaciones entre profesores, la delgada línea de lo moral e inmoral, la reputación pública, la infelicidad matrimonial e incluso el lesbianismo, nuestro diario particular no cae en el telefilm de lujo. Todo lo contario, la voz en off de una de sus protagonistas, una inmensa Judi Dench, sirve de narrador de la acción, narrador que, haciendo las veces de otro protagonista más, juega con el espectador, contando lo que le interesa contar, cual diario personal. Colaborando con su banda sonora para crear un clima de intranquilidad, desasosiego e incluso intriga, algo difícil de conseguir en films de estas características.

Podríamos regodearnos en el duelo interpretativo, duelo que por fin cumple todas sus expectativas, pero es la facilidad de introducirnos en la historia donde radica su verdadera virtud, la forma en la que el espectador se siente parte de la acción, en la que a veces se desconcierta porque no sabe qué va a pasar y quiere saber más, cual lector ávido de diarios ajenos.

Atmosfera británica que sirve como marco de una relación destinada al fracaso desde sus comienzos, relación obsesiva que vuelve a repetirse como si de un bucle se tratara, una y otra vez, una y otra vez, no aprendiendo la persona obsesiva que sus obsesiones son nocivas para la salud, aunque sea la de otros...
Una muy buena película que retrata la vida de una mujer que de manera sistemática busca defectos en otra para aprovecharse de ellas, un buen triller psicológico, aunque no de suspenso, pero bueno, puntuación ocho.

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