Una película hecha para la televisión, no muy recomendable.
Comedia de carácter coral que refleja la vida cotidiana, no exenta de dramatismo, de un grupo de amigas de diversas edades de una pequeña ciudad sureña. La protagonista, Shelby Eatenton (Julia roberts), es una joven diabética de salud muy precaria que acaba de casarse y a la que los médicos han aconsejado no tener hijos. Pero finalmente decide tenerlo y ello perjudica su salud hasta ocasionar su muerte prematura.
La película resulta bastante aburrida, con diálogos intrasendentes y tiene una duración de casi dos horas, lo interesante ocurre en realidad en la última media hora cuando sucede el desenlace, la muerte de Shelby, mientras se encuentran en el cementerio la madre de esta dice que ha sido un privilegio haber sido la madre, pues pudo verla nacer y ahora la veía morir, en el hospital fue la única que se quedó cuando aceptaron desconectarla de los aparatos porque había entrado a un estado de coma terminal, ninguno de los varones quiso estar presente, por eso el nombre de la película las mujeres son como las flores, pero a diferencia de los varones están hechas de acero. Puntuación cinco.
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