
Michael Clayton (Clooney) trabaja para un famoso bufete de Nueva York, aunque no ejerce exactamente de abogado. Su trabajo consiste en eliminar del modo más rápido y aséptico los trapos sucios de los importantes clientes de su empresa. No es ni policía ni abogado, sino una perfecta mezcla de ambos: el perro guardián, el compañero fiel que siempre obedece y nunca pregunta.
Tiene por compañero un abogado que toda su vida a trabajado para la empresa transnacional, que sufre de depresiones cada cierto tiempo y que un buen día decide desnudarse en el juzgado, decide dejar de ayudar a la empresa y más bien apoyar la demanda contra ella, pero la empresa logra desacerse de él, y lo mismo podría ocurrirle a Michael, una historia contada en retrospectiva, pero con partes muy lentas sino sería una gran historia, puntuación seis.
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