Se trata de una película que deja un sentimiento doble, por un lado muestra las alternativas que uno puede inventarse para salir de una depresión, la del castor resulta muy creativa, pero por otro lado muestra un problema de doble personalidad muy peligrosa cuando el personaje no puede abandonar al castor y termina condenado su vida y la de su familia a esta marioneta.
Es un drama que aún sin castor probablemente pueda ocurrirle a algunos, sobretodo el tema de la depresión, muestra dos de sus rasgos más importantes: el abandonarse, porque claro nada nos importa y la inacción, dormir, o no hacer nada, lamentarse, pensar que todo le ocurre a él, en fin no recomendable cuando te sientas deprimido.
Las actuaciones fantásticas como siempre, tanto de Foster como de Mel Gibson, en algunos países se tituló: La doble vida de Walter, título bastante adecuado para describir precisamente la más importante línea de la película.
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