Nick Cassidy (Sam Worthington), un antiguo agente de policía, se escapa de la cárcel y se dirige al Hotel Roosevelt de Nueva York. Al subirse a la cornisa de uno de los pisos más altos, pone en peligro mucho más que su vida. La ciudad entera está a punto de quedarse paralizada, incluidos ciertos individuos que guardan grandes secretos.
El guión cuenta la típica historia del héroe que representa al hombre común desacreditado injustamente por los poderosos que recupera su honor (y se gana una chica) por medios tan heterodoxos como espectaculares. Nada nuevo. Personajes cuestionados con ganas de revindicarse, ricos que lo son por ser malvados, secundarios graciosos, embrollos, suspense, disparates, dinamismo y lógica infantil. Un guión industrial perfecto por lo bien desarrollado que está. Sobre esta buena y firme base el resto de la plantilla hace un trabajo competente. En ella destaca por su belleza y entusiasmo G. Rodríguez. Le da el toque de alegría que toda película gris necesita.
Una película de suspenso, con un final un poco exagerado, pero mantiene el interés del espectador durante toda la narración, puntuación siete.
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